El auge de la música generada por IA: ¿evolución o involución?

El reciente auge de la música generada por inteligencia artificial (IA) ha desatado un debate encarnizado entre aficionados, artistas y críticos de la industria musical. Spotify, uno de los principales actores en este campo, se ha visto envuelto en controversias por el uso de IA para crear contenido musical. Esto nos lleva a cuestionar si estamos presenciando una evolución en la manera en que disfrutamos y producimos música, o si, por el contrario, estamos ante una amenaza a la autenticidad artística.

La discusión comenzó cuando se reveló que Spotify, junto con otros servicios de streaming, tiene una participación activa en la creación de música generada por IA. Estos servicios pagan alrededor del 70% de sus ingresos a los titulares de derechos de la música que reproducen. Sin embargo, con la música generada por IA, estos costes se reducen drásticamente, convirtiendo este 70% en ganancia. Esto plantea un incentivo fuerte para que las plataformas y productoras apuesten por algoritmos en lugar de artistas humanos.

Comentadores como Curtis Roads han notado cómo esta tendencia no es del todo nueva. Se asemeja a la llegada de la Muzak en los años 20, utilizada para proporcionar música de fondo en comercios y espacios públicos. Esta situación lleva a muchos a pensar que la música generada por IA podría simplemente perpetuar la producción de música genérica y repetitiva, destinada más a ser un contexto agradable que una verdadera expresión artística.

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Una de las preocupaciones más debatidas es la pérdida de la conexión entre el oyente y el artista. A pesar de que algunos, como Danielbln, argumentan que por sí solos, los oyentes seguirán a curadores que seleccionen la música adecuada, otros como AverageRoyalty y Al-Khwarizmi destacan la importancia de la conexión emocional humana en la música. La pregunta entonces es: ¿podrá la música creada por IA generar las mismas emociones profundas que la creada por seres humanos? Para muchos, la respuesta aún no está clara.

Es innegable que la música de IA plantea un desafío significativo a la industria musical tradicional. Por un lado, permite una mayor experimentación y accesibilidad para los creadores novatos, pero por otro, plantea una amenaza para los artistas que dependen de sus ingresos para vivir. Además, hay quienes argumentan que aunque la IA tiene el potencial de crear melodías pegajosas, carece de la capacidad de reflejar las experiencias y emociones complejas de la vida humana, que son el corazón de la verdadera música.

Aun así, la llegada de la IA en la música no es necesariamente una maldición. Herramientas como Suno y ChatGPT están siendo utilizadas por algunos artistas para expandir sus capacidades creativas, ofreciendo nuevas formas de explorar la musicalidad, como señala Franze en un hilo de discusión. Más allá de la polémica, el futuro de la música generada por IA dependerá en gran medida de cómo se utilicen estas herramientas y de la continua demanda del público por autenticidad y conexión emocional en el arte.


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